Cinthya García Guerrero
La preparación académica es una de las “obligaciones” con las que lidian todas aquellas personas en edades tempranas pues resulta todo un reto (actualmente) encontrar un empleo que reditúe con lo suficiente para cubrir las necesidades. Vivimos en un momento y lugares muy complicados y, para “sobrevivir” a ellos, procuramos tener ingresos de diversas fuentes. Las profesiones están saturadas y los empleos vacantes son insuficientes… Historia larga, amarga y cotidiana.
Hablando del ámbito que me afecta, en el futbol americano ¿qué sucede con las oportunidades de trabajo? Pues bien, no hay una institución educativa en nuestro país que certifique a los entrenadores de futbol americano. Solo la experiencia y trayectoria es la que avala a algunos de ellos. Muchos pueden decirse coaches, incluso, jovencitos jugadores de juvenil que asisten a categorías infantiles les llaman coach… ¡NO! No lo son. Dice el dicho popular “No son todos los que están ni están todos los que son…”.
Para ser coach hay varios requisitos por cumplir. No solamente el hablar bien y elocuente hace parte del perfil. ¿Qué vas a transmitir? El aspecto técnico es una constante con algunas variables (esas, las que hacen la diferencia). Pero se desprende otro aspecto muy importante. Si no haces lo que dices, ¿cómo vas a convencer a alguien? Por lo tanto, una cualidad de personalidad puede ser la CONGRUENCIA. Predicas con el ejemplo. ¿Cómo te voy a reprender si no soy congruente con lo que te demando o mi conducta no es lo que te exijo?
¿Qué pasa en categorías infantiles? ¡Ah, pues allí empieza todo!
Los padres de familia procuramos que nuestros hijos vean ejemplos a seguir, tanto dentro como fuera del hogar. Si desde las categorías infantiles los jugadores conviven con personas (no coaches, no se les puede llamar así) que mienten, engañan o procuran hacer el mal hacia
alguien por el motivo que sea… No hay razón para ello y, menos, para permitir que los niños vean esos comportamientos como normales.
El trabajar como coach es una vocación; es un compromiso para formar individuos íntegros, éticos, competidores, ambiciosos y un interminable etcétera de virtudes. Entonces, haciendo un recuento, podemos decir que un coach “hace las veces” de profesor, tutor, consejero académico, psicólogo, preparador físico, estratega y, en ocasiones, padre sustituto.
Eso es con base al perfil del puesto.
¿Se les remunera de acuerdo a las funciones realizadas? Económicamente hablando no hay remuneración para tantas responsabilidades. A nivel emocional, no existe pago más grande y enorgullecedor que ver a los jóvenes graduándose de cada etapa escolar, una carrera (sea licenciatura o ingeniería), incluso, posgrado; pero un GRACIAS es oro molido.
¿Hay coaches en nuestro país? Sí, los hay y muy buenos… Pocos… Tal vez.
En nosotros está dar con ellos y, también, identificar a los que están en potencia. Ellos son y serán quienes harán grandes diferencias. ¡Imagínense cuán grandes podrán llegar a ser!